Wednesday, February 6, 2013

MIS PENSAMIENTOS vs. SUS PENSAMIENTOS




Nunca fui muy bueno para las fechas, pero casi seguro corría en año 2004 y atravesábamos un tiempo bien difícil con mi familia. Estábamos solos en un país que no conocíamos, con un idioma que no habíamos aprendido todavía, ya sin trabajo en la compañía que me había trasladado a ese país, y como si esto fuera poco, un auto que recién había comprado, lo preste a un amigo y lo chocaron bien fuerte, a tal punto que salia mas barato tirar el auto y comprar otro, pero era imposible, porque había que terminar de pagar el que no servia mas, pagar el nuevo que se compraría y la economía familiar no era buena, por no decir que era muy mala. Para colmo de males, mi esposa estaba atravesando un periodo de enfermedad que se le atribuyo al desapego de su familia por habernos trasladado a los EE. UU., comúnmente conocido como "ataque de pánico". Parecía como si todo estuviese preparado para hacernos caer, desanimarnos y rompernos todas las ilusiones que teníamos al venir a este país. Ante tal cuadro, mas algunas otras cosas que serian demasiado para enumerar, solo veíamos dos salidas, rendirnos a los pies de aquel que TODO lo puede en toda situación, o preparar nuestras valijas y volver al país que dos años antes nos había visto partir con un bagaje lleno de sueños e ilusiones. Pero esta segunda opción no cabía en nuestra mente, nosotros sabíamos que no fuimos nosotros los que planeamos venir, sino que fue Dios quien nos traslado a este país con un objetivo que solo El conoce y que no se trastocará hasta que se cumpla perfectamente en el tiempo de su voluntad. Decidimos volcar toda nuestra ansiedad y nuestras preocupaciones delante del trono de la gracia.



Hasta ahí todo muy bien, pero ahora necesitaba resolver el tema del automóvil. Solamente para sacar el auto del lugar al cual la grúa se lo había llevado, necesitábamos U$S 500.00 que no teníamos, sin contar los arreglos que después tendríamos que hacerle para que quedara en condiciones de circular (que no son las mismas condiciones que se exigen en nuestros países).



En este momento estábamos asistiendo a una iglesia, pero no le contamos la situación a nadie. Nos pusimos a orar con mi esposa confiando que nuestro proveedor nos daría todo lo que necesitábamos. Un punto interesante para dejar claro, es que en esta ciudad un automóvil no es un lujo sino una necesidad, porque el servicio publico de transporte en Miami no es como en nuestros países, es extremadamente escaso y limitado, por eso nuestra ansiedad por resolver este inconveniente. Pasaban los días y la situación no mejoraba, pero nosotros nos manteníamos fieles a nuestra convicción y seguíamos orando a nuestro Dios. Un día tocan a la puerta y era un hermano de la iglesia, al abrirle me dice "no me preguntes nada, aquí tenés un sobre que Dios me dijo que te trajera, no se ni cuanto hay adentro, pero solo cumplo ordenes". Algo recorrió mi cuerpo, una sensación de calor y frío a la vez difícil de describir. Después que este hermano se fue, nos sentamos al borde de la cama con mi esposa, y mientras los dos llorábamos con congoja porque sabíamos lo que estaba adentro, lo abrí y era lo que nos imaginábamos, U$S 500.00 en billetes. La alegría, el regocijo y la gratitud no se podían frenar, nos tomamos de la mano y comenzamos a alabar y dar gracias a Dios por su fidelidad, cuando de repente un pensamiento comenzó a martillar mi cabeza y se apodero de mi una convicción tan grande como nunca antes había experimentado, y sentía en mi espíritu algo que me decía, "NO TOQUES ESE DINERO, GUARDALO Y NO LO TOQUES". Pero como podía ser, días y días orando para que el Señor nos proveyera de ese dinero y ahora que lo tengo literalmente en mis manos, lo tengo que guardar ? y el auto ? y como se lo digo a mi esposa ? Bueno, vamos paso a paso, se lo comente a mi esposa y sus palabras fueron "Lo que Dios diga es lo que debemos hacer". Guardamos el dinero y a esperar nuevas instrucciones de parte del Altísimo.



Pasaron un par de días mas y me llama otro hermano de la iglesia y me dice si podía pasar por mi casa a lo cual le respondí que si. A decir verdad, pensé que me venia a pedir algo, porque como soy fotógrafo, siempre me estaban pidiendo algún "favorcito", pero para mi asombro y para taparme la boca de malpensado, cuando este hermano llega a casa, saca de su bolsillo las llaves de un auto y casi que repite las palabras del hermano anterior "No sé, solo cumplo ordenes". Increíble, ahora sí el milagro era perfecto, un auto de regalo y U$S 500.00 guardados para sacar el otro auto y arreglarlo con mas tiempo y tener dos autos, imposible en mi país, ahora entiendo, el Señor nos trajo para prosperarnos, que bendición !!! Pero otra vez, mis pensamientos no eran SUS pensamientos, otra vez vuelven a sonar las mismas palabras en mi espíritu, "NO TOQUES EL DINERO, NO SAQUES ESE AUTO". Pero y entonces que, Señor, no entiendo ? Pasaron algunos días y me llama el hombre al cual le compre el auto, reclamándome los pagos mensuales como habíamos acordado. Le explique que en ese momento no tenia el dinero, pero que me alcanzara el titulo del auto que yo se lo pagaba integro con cheques para cada 30 días hasta cubrir el pago total. Pasaban los días y los días y este hombre no venia, y así pasaron los meses y sin aparecer, hasta que con el tiempo nos enteramos porque nunca vino, el auto era robado y por supuesto no tenia ningún titulo.



Ahora si caí rendido a sus pies y entendí en carne propia, que su voluntad es perfecta, que sus pensamientos no son nuestros pensamientos, y que si permanecemos en perfecta comunión y sintonía con nuestro creador, obtendremos todo lo bueno que El ya tiene preparado para cada uno de nosotros. Ahora si viví la experiencia de lo que El me había hablado a través de su palabra un año atrás, en Noviembre del 2003, cuando me dijo, "Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Adonay, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis". (Jeremias 29:11) Amen.



Richard Del Pino

0 comentarios:

Post a Comment